Con motivo del estreno esta noche del último capítulo de Veneno, repasamos como Cristina Ortiz, sin saberlo, revolucionó el panorama televisivo español pero también se convirtió en todo un icono de moda.
Por Iván Alcázar
Como ella misma dijo, nunca se consideró un modelo a seguir. Pero Cristina Ortiz La Veneno, sin ni siquiera pretenderlo, se convirtió en todo un referente para el colectivo trans en España, dando visibilidad a temas nunca antes tratados por los grandes medios de comunicación. A golpe de espontaneidad y desparpajo, Cristina hizo abrir los ojos a millones de espectadores que se quedaban hipnotizados al verla cada noche en televisión.
Aunque su época dorada en los medios fue bastante fugaz, la fama adquirida esos años la hizo consolidarse como una habitual en fiestas y eventos, acudiendo como estrella invitada, hasta que su turbulenta vida personal (y su mala suerte eligiendo a su entorno) hiciera que su declive como personaje comenzara en 2003 con su ingreso en prisión. Una experiencia traumática de la que nunca llegó a recuperarse.
Así lo contaba en su libro, ¡Digo! Ni puta ni santa, el punto de partida para la creación del guion de Veneno, de Javier Calvo y Javier Ambrossi, quienes con esta ficción le han brindado un merecido homenaje a la que fue una de las mujeres más queridas (y también menospreciada) de la televisión en los años 90. Y es gracias a esta serie como, de una forma más o menos fiel a la realidad, hemos podido conocer más en profundidad todo lo que supuso su vida y lo duro que era ser una mujer trans en este país hace apenas 30 años.
La Veneno y su relación con la moda
Pero no fue solo su extravagante forma de hablar o gesticular lo que le hizo meterse en el bolsillo a millones de españoles. Su innegable belleza y su exótica forma de vestir fueron sin duda unos elementos clave de su éxito en televisión. Tal y como vemos en los capítulos sobre su vida, Cristina siempre fue una enamorada de la moda. A su manera, pero lo era. Ya desde pequeña, cuando aún se llamaba Joselito, disfrutaba cogiendo el maquillaje de su madre y poniéndose sus collares de perlas, vestidos y zapatos. Pero, por desgracia, la intolerante (por no llamarla de otra forma) a la que ella llamaba mamá le quitó, literalmente, a base de palos, la idea de que eso pudiera ser algo bueno. Pero fue durante su estancia en Marbella y sus noches de locura en Torremolinos cuando, al conocer el ambiente LGTBIQ+ de la época y acudir a las actuaciones de drags que allí se hacían cuando algo en su mente cambió, experimentando de una forma más seria con vestidos, pelucas, tacones, purpurina…
Con su llegada a Madrid y su autoconfirmación como mujer, Cristina tiene que enfrentarse a otra cruda realidad: debido a su condición, no tenía otra opción laboral que dedicarse a la prostitución callejera en el famoso Parque del Oeste. Pero incluso hacerse un hueco en el grupo de chicas que allí trabajaba fue muy duro y Cristina se tuvo que poner las pilas. ¿Cómo? A través de la moda. Cogió su máquina de coser y decidió convertirse en la prostituta más explosiva, cañera y sexy del parque, con atuendos muy cortos, latex, cuero, cadenas, tachuelas, brillantes, tacones… y también enseñando mucha carne. Y de esa forma fue como la conocieron los españoles, con un espectacular vestido rojo con el que la reportera Faela Sainz la entrevistó por primera vez. En este look, los pechos de la Veneno se encontraban completamente al descubierto, simplemente con unas pezoneras, y consistía en una pequeña falda de inspiración árabe, que recuerda a la vestimenta de la danza del vientre, y que sin duda potenciaba al máximo el tremendo físico de Cristina, complementándose con una imponente y larga peluca pelirroja con flequillo recto, que se convirtió en parte importante de su imagen.
Este look, sin duda, podría considerarse el más icónico de toda su carrera. Tal es así que, en 2016, la Veneno decidió recrearlo para las fotografías de la portada de su libro, emulando de esta manera el mejor outfit de su época dorada.
La encargada de vestuario de Veneno, Ana López Cobos, ha declarado en una entrevista para Un podcast de moda de El País que trabajar para la serie de los Javis ha sido una experiencia maravillosa y que recrear los mejores momentos de Cristina no ha sido una tarea fácil, ya que cada actriz que la interpreta lo hace en una década distinta y en momentos vitales muy diferentes, lo que tenía que reflejarse fielmente a través de su vestuario. Ana confiesa que tuvo que meterse en la mente de la Veneno e imaginar cuáles serían sus referentes de moda en aquella época, como las top model a las que ella quería emular, aunque siempre a su manera. Una afirmación curiosa de López Cobos es que Cristina, a pesar de tener muy poco, se sacaba mucho partido. “Ella entendía de moda”, confirma.
Los mejores looks de Cristina
Aunque gracias a internet, Youtube, Twitter y los memes, hay muchos momentos y frases destacadas de entrevistas o reportajes de Cristina que se han hecho completamente virales años después de su emisión y en donde los outfit que llevaba en ese momento se nos han quedado grabados en la retina, como su famoso total look de leopardo (recientemente recreado por la mismísima Kylie Jenner) o su traje amarillo que lució durante su polémico polígrafo. Y qué decir del mítico vestido de novia que lucía en un reportaje con el que al grito de “¡Que me casoooooo!” mientras se recorría un mercado buscando el menú de su boda. Icónica.
Aunque sin duda cuando vimos a Beyoncé en Instagram presentando a sus mellizos recién nacidos vistiendo la misma bata que usó la Veneno meses antes de morir, nos dimos cuenta de que lo de Cristina iba mucho más allá de nuestra fronteras. Las fotos de la española pertenecían a una sesión de fotos que nunca vio la luz hasta ese momento y que no pasó desapercibida por nadie. Palomo Spain, diseñador de la prenda en cuestión, confirmó que la superestrella americana la compró a sabiendas de que ya había sido usada, siendo esta la única que existe en el mundo. Por supuesto, nos quedamos con la satisfacción de que fue Cristina la primera en lucirla y, personalmente, creo que una segunda época dorada de la Veneno comenzaba justo meses antes de morir. Una verdadera pena.
Sin seguir tendencias. Sin querer ser un referente de moda. El talento natural y magnetismo de la Veneno fue lo que, junto a su carismática imagen, la catapultó sin remedio al imaginario colectivo como una verdadera leyenda que difícilmente se podrá llegar a olvidar.